lunes, 30 de julio de 2012

FARSANTES


A lo largo de mi vida de estudiante y de profesional he tenido la bendición de conocer a personas excelentes que han sido mis maestros y mis jefes de trabajo.
En ambos casos he sido partícipe de algunos de sus proyectos tanto profesionales como personales y digo partícipe porque he vivido junto a ell@s el esfuerzo de conseguir que esos proyectos se hagan realidad, a pesar que el viento más fuerte sople en contra.
Una de estas personas con la que siempre platico a pesar de la distancia y a quien orgullosamente tuve como Jefe, me enseñó con su ejemplo la importancia de saber defender el honor, la dignidad, la verdad y a luchar por aquello que el corazón desea, me dijo en medio de una conversación: “lástima que siempre hay gente cuya alegría depende de la destrucción de los esfuerzos ajenos”… y sí…  que lástima que este sentimiento tan bello de alegría en algunas personas dependa simplemente de ver triste o mal al prójimo, de echar tierra en el trabajo del otro para que le “vaya mal”, “para que aprenda”, pero también que bueno que lo hagan! Porque son esos obstáculos los que permiten a las personas luchadoras abrir nuevas oportunidades y ser más creativos, son esos obstáculos los que nos enseñan a enfrentar las situaciones más difíciles con valentía, con fe, con paciencia, con sabiduría y sobre todo son esos obstáculos los que hacen que nos demos cuenta que los retos más difíciles Dios se los pone a los verdaderos valientes.
Mahatma Gandhi: El célebre líder Hindú y pacifista a ultranza expresó con la enorme sabiduría que le caracterizaba, cuando le cuestionaron sobre los factores que destruyen al Ser Humano:
Señalaba siete elementos primordiales:
1) La Política Sin Principios, 2) El Placer Sin Compromiso, 3) La Riqueza Sin Trabajo, 4) La Sabiduría Sin Carácter, 5) Los Negocios Sin Moral, 6) La Ciencia Sin Humanidad y 7) La Oración Sin Caridad.

Reflexionando las sabias palabras del gran filósofo Gandhi, me cuestiono hasta dónde ha llegado nuestra propia autodestrucción, que continúa devastando nuestra precaria calidad humana?:

1) ¿Cuántos líderes sindicales, políticos y gobernantes o directores ejercen sus funciones anteponiendo siquiera los más elementales fundamentos éticos, para procurar el desarrollo, el bienestar y la educación de sus representados; de quienes obtienen los recursos para vivir y viajar con grandes privilegios?

2) ¿Cuántos seres humanos buscan afanosamente el placer sin asumir responsabilidad alguna sobre sus vidas o sobre sus cuerpos, sin medir las consecuencias de sus descuidos abortando literalmente porque es un estorbo el producto de sus fascinantes encuentros sexuales?

3) ¿Cuántos viven en la más grande de las opulencias, con lujos excesivos, engreídos de sí mismos y con una actitud petulante y ufanada, sin haber nunca sudado tan sólo una gota de su frente o sin tan solo saber lo que significa llorar por no tener nada que comer un solo día? Peor aún cuántos viven a costas de familiares, pareja o amig@s, pidiendo favores, dinero o cualquier otra cosa para aparentar ante otros que son exitosos para luego no devolver aquello que se pidió sin siquiera condolerse del prójimo que sí trabajó para prestarles cuando lo necesitaban?

4) ¿Cuántos dirigentes sociales, políticos, universitarios, empresariales y espirituales predican lo que no cultivan, no persiguen, vaya, que ni siquiera entienden!; cometiendo actos discordantes y discrepantes con las políticas y doctrinas qué promulgan?

5) ¿Cuántos producen y generan cuantiosas riquezas personales, o se vanaglorian de tenerlas, sin considerar los esfuerzos de sus empleados y colaboradores, buscando la manera de bajarles los sueldos o de hacer que trabajen el doble y hasta el triple por su mismo salario a costas de gritos, insultos, amenazas; o bien los daños ocasionados al vecino, a la ciudad, al país, o a la propia naturaleza?

6) ¿Cuántos científicos trabajan para erradicar el hambre y las enfermedades de la humanidad, olvidando las pretensiones económicas, o los galardones, o los premios Nobel? Ustedes creen que hay alguno que se niegue a recibir tales galardones?

7) ¿Cuántos rezan “fervorosamente” para poder despedir a su empleado sin liquidación alguna, o qué fracase en el intento legal de cobrar su finiquito, o que “caiga solito” cometiendo algún error puesto en trampa a propósito para poder tener excusas de despedirlo, peor aún para que se canse y renuncie!?

Yo no soy una santa, tampoco soy una sabia (disto demasiado de llegar a serlo), cometo muchos errores en mi calidad de ser humano que soy (gracias Señor!) pero ante todo soy una mujer que trata de obrar con prudencia, sin odios ni rencores hacia nadie (lo cual cuesta mucho), he sido muy paciente y trato de aprender cada día de todos los que me rodean incluso de aquell@s que me creen subversiva, problemática, porque digo lo que pienso, pero sí defiendo la justicia y la verdad ante todo, muchos no me quieren porque les digo lo que no quieren escuchar pero ni modo, al que le caiga el guante…
Les invito a que pensemos que como sociedad es muy importante reorientar nuestros valores, creencias, actitudes y opiniones, erradicando nuestra hipocresía y falsedad, para poder aspirar a tener un mejor mundo de sana convivencia, valoración y respeto con el resto de los Seres Humanos.

¿O mejor seguimos siendo los mismos “farsantes” de siempre…?

4 comentarios:

  1. Wuaooo! parece que ha regresado esa chica universitaria "la ecuatoriana revoltosa" que peleaba por defender sus creencias jajaja, me alegro Alis, donde quiera que estés te envío un abrazo, ojalá algún momento podamos conversar en skipe, ahora estoy trabajando en el Gobierno de mi País, a las órdenes siempre espero me escribas o me envíes tu correo.
    Alberto de la Cruz
    México

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  2. “No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.”

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  4. Estimada Deysi, creo fielmente que de lo que más aprendemos es de las experiencias, mientras más difíciles mayor es el aprendizaje que nos dejan; no olvidemos que ante todo tenemos a ese ser que es el que se encarga de solucionar aquello que nosotros en nuestra calidad de ser humanos ya no podemos, ese ser es Dios, nuestra confianza debe ser absoluta porque él es nuestro Padre y Madre, él es nuestro TODO.
    Saludos.

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